Scrutinizing Lent How is it that the month of March is suddenly upon us?! The days are growing longer and the nights are waning. With the liturgical season of Lent well underway, we are perhaps beginning to experience some challenges to the disciplines we undertook on Ash Wednesday. The ashes reminded us of our own mortality and the opportunity we have to turn away from sin and believe in the Gospel. This is the season for a “spring cleaning” of our souls and the rites of the catechumenate can help all of us to examine our lives along with those who will be baptized at Easter. We have these weeks of Lent to consider an in-depth reflection of the activity that God seeks to have in our life, and to be made aware of the evil that clings to the weakness that has a tendency to keep us in the dark. The rites of the Scrutinies and Exorcisms are celebrated in the midst of the whole parish community for the catechumens, (now the elect), on the Third, Fourth and Fifth Sundays of Lent. They Scrutinize where God is present in our experience and Exorcise those areas of our life where evil may find a foothold. The two are related to each other because the mystery of God’s grace, and our acceptance of that grace in our life, is contingent upon our “turning away from sin and believing in the Gospel.” There must be an awareness of sin for the renunciation (exorcism) to take place. And like a photographic negative, the presence of the sin is often revealed by the in-depth reflection (scrutiny) of God’s light in the life of the believer. In other words, by examining the good, we can often discover the evil. It is no coincidence that ‘spring cleaning’ is attempted when the days are growing longer. With more light available to us, we are able to better identify and sweep away the dirt from our homes and from our lives. -F. Ted
Escudriñando la Cuaresma ¡¿Cómo es que el mes de marzo está de repente sobre nosotros?! Los días se alargan y las noches se desvanecen. Con el tiempo litúrgico de Cuaresma bien avanzado, tal vez estemos comenzando a experimentar algunos desafíos en las disciplinas que asumimos el Miércoles de Ceniza. Las cenizas nos recordaron nuestra propia mortalidad y la oportunidad que tenemos de alejarnos del pecado y creer en el Evangelio. Esta es la temporada para una “limpieza de primavera” de nuestras almas y los ritos del catecumenado pueden ayudarnos a todos a examinar nuestra vida junto con aquellos que serán bautizados en Pascua. Tenemos estas semanas de Cuaresma para considerar una reflexión profunda de la actividad que Dios busca tener en nuestra vida, y tomar conciencia del mal que se aferra a la debilidad que tiende a mantenernos en la oscuridad. Los ritos de los Escrutinios y Exorcismos se celebran en medio de toda la comunidad parroquial para los catecúmenos, (ahora los elegidos), el Tercer, Cuarto y Quinto Domingo de Cuaresma. Examinan dónde Dios está presente en nuestra experiencia y exorcizan aquellas áreas de nuestra vida donde el mal puede encontrar un punto de apoyo. Los dos están relacionados entre sí porque el misterio de la gracia de Dios, y nuestra aceptación de esa gracia en nuestra vida, depende de que nos “alejemos del pecado y creamos en el Evangelio”. Debe haber una conciencia del pecado para que se produzca la renuncia (exorcismo). Y como un negativo fotográfico, la presencia del pecado es a menudo revelada por el reflejo profundo (escrutinio) de la luz de Dios en la vida del creyente. En otras palabras, al examinar el bien, a menudo podemos descubrir el mal. No es casualidad que se intente la 'limpieza de primavera' cuando los días se hacen más largos. Con más luz disponible para nosotros, podemos identificar y barrer mejor la suciedad de nuestros hogares y de nuestras vidas.– P. Ted