wEEKLY LETTER - Be Catholic First I learned the Pledge of Allegiance in the first grade of a Catholic school. It was shortly after the Flag Code was amended by a joint resolution of Congress in 1954. “Under God” was added to the pledge to solidify the understanding that liberty and justice could not long survive without a commonly held religious foundation. For many Americans today, political partisanship has replaced that Divine foundation with a new form of sectarian fundamentalism, whose social identity is predicated by their contempt for the opposing side. We have seen this scenario played out during the “reign of terror” in eighteenth-century France and the destruction of the ensuing Napoleonic Wars. Millions died, churches were desecrated and Notre Dame was dedicated to the goddess of wisdom. Two hundred years before that, we have the witness of Saint Thomas More, who died as the King’s good servant, but God’s first. Thomas More went to his death with the conviction that he could never place any value, organization, individual or government above his faith. He would not succumb to the idols of power, wealth, honor or pleasure. As Catholics, we believe that every human community needs an authority to govern it, and we have the duty of obedience to support the rule of law and not the arbitrary will of men (Catholic Catechism no. 1904). As Americans, we must continue to believe in the duty to our country, the rule of law, and the republican form of government established in our Constitution. Sectarian partisanship makes legislating difficult or impossible. Congressional gridlock, legislators who abdicate their sworn responsibilities, presidents who act beyond their constitutional authority, the self-interest of an unelected bureaucracy or an activist judiciary, is not the republic envisioned in our Constitution. It was in 1929 that G. K. Chesterton wrote, that Thomas More is important today, but he is not as important now as he will be one hundred years from today. In this Year of our Lord, 2022, Election Day is Tuesday, November 8th. When you vote… Be Catholic First. F. Ted CARTA SEMANAL - Ser católico primero Aprendí el Juramento a la Bandera en el primer grado de una escuela católica. Fue poco después de que el Código de la Bandera fuera enmendado por una resolución conjunta del Congreso en 1954. Se agregó "Bajo Dios" al compromiso para solidificar el entendimiento de que la libertad y la justicia no podrían sobrevivir por mucho tiempo sin una base religiosa común. Para muchos estadounidenses de hoy, el partidismo político ha reemplazado ese fundamento divino con una nueva forma de fundamentalismo sectario, cuya identidad social se basa en su desprecio por el lado opuesto. Hemos visto este escenario durante el "reinado del terror" en la Francia del siglo XVIII y la destrucción de las guerras napoleónicas que siguieron. Millones murieron, las iglesias fueron profanadas y Notre Dame fue dedicada a la diosa de la sabiduría. Doscientos años antes, tenemos el testimonio de Santo Tomás Moro, que murió como buen servidor del Rey, pero primero de Dios. Tomás Moro fue a su muerte con la convicción de que nunca podría colocar ningún valor, organización, individuo o gobierno por encima de su fe. No sucumbiría a los ídolos del poder, la riqueza, el honor o el placer. Como católicos, creemos que toda comunidad humana necesita una autoridad que la gobierne, y tenemos el deber de obediencia para sustentar el estado de derecho y no la voluntad arbitraria de los hombres (Catecismo católico n. 1904). Como estadounidenses, debemos seguir creyendo en el deber hacia nuestro país, el estado de derecho y la forma republicana de gobierno establecida en nuestra Constitución. El partidismo sectario hace que legislar sea difícil o imposible. El estancamiento del Congreso, los legisladores que abdican de sus responsabilidades juradas, los presidentes que actúan más allá de su autoridad constitucional, el interés propio de una burocracia no elegida o un poder judicial activista, no es la república prevista en nuestra Constitución. Fue en 1929 que G. K. Chesterton escribió que Tomás Moro es importante hoy, pero no es tan importante ahora como lo será dentro de cien años. En este Año de Nuestro Señor, 2022, el día de las elecciones es el martes 8 de noviembre. Cuando vote... Sea católico primero. - P. Ted