WEEKLY LETTER - ENCOUNTERING CHRIST
God comes to us in different ways and by ordinary means beyond our imagination. He comes to us in human form often as strangers, the poor or needy. Therefore, as Christians, it is important to pay special attention to the ordinary people, things and events that come our way. We have to predispose ourselves to encounter God in such people and circumstances to avail ourselves of God’s special blessings like Abraham in Genesis 18:1-10 where the Trinity visited him disguised as strangers.
God has always provided us with such opportunities in our journey of life. He has been visiting us as poor people who need help, strangers who need assistance and the homeless who need a home. God has been appealing to us to feed him in the hungry in different parts of the world, even if it is once. What of the sick, the lonely and the housebound around us? In them, God still invites us to pay special attention and offer them assistance. It is on this note that I wish to remind us that our Savior Jesus Christ emphatically states that whatever we do for the least of his brothers or sisters, that we for to him. “For I was hungry and you gave me food to eat, I was thirsty and you gave me drink, I was a stranger and you welcomed me, I was naked and you clothed me, I was sick and you visited me, I was in prison and you came to me” (Matthew. 25:35-37).
Shalom!
-Fr. Hilary
CARTA SEMANAL - ENCUENTRO CON CRISTO
Dios viene a nosotros de diferentes maneras y por medios ordinarios más allá de nuestra imaginación. Viene a nosotros en forma humana regularmente como extraños, pobres o necesitados. Por lo tanto, como cristianos, es importante prestar especial atención a las personas, las cosas y los acontecimientos comunes que se nos presentan en el camino. Tenemos que predisponernos a encontrarnos con Dios en tales personas y circunstancias para aprovechar las bendiciones especiales de Dios como Abraham en Génesis 18: 1-10 donde la Trinidad lo visitó disfrazado de extraño.
Dios siempre nos ha proporcionado tales oportunidades en nuestro viaje de la vida. Nos ha estado visitando como personas pobres que necesitan ayuda, extraños que necesitan asistencia y personas sin hogar que necesitan un hogar. Dios nos ha estado apelando a que lo alimentemos en los hambrientos en diferentes partes del mundo aunque sea una vez. ¿Qué pasa con los enfermos, los solitarios y los confinados a nuestro alrededor? En ellos Dios todavía nos invita a prestar especial atención y ofrecerles asistencia. Es en esta nota que deseo recordarles que nuestro Salvador Jesucristo afirma enfáticamente que todo lo que hacemos al más pequeño de sus hermanos o hermanas, se lo hacemos a él. “Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me acogisteis, estuve desnudo y me vestisteis, estuve enfermo y me visitasteis, estuve en prisión y vinisteis a mí” (Mateo 25:35-37).
Shalom!
-Padre Hilary