The language of the Nicene Creed, which we recite together every Sunday, articulates that Jesus became a man by the power of the Holy Spirit. This same Holy Spirit, who spoke through the Prophets, now gives the indelible imprint of holiness to the “one, holy, catholic and apostolic Church.” As a result, the Church is now the presence of Jesus in the world…who is the presence of God. As the Body of Christ, we in the Church carry the same authority to forgive sin. This is an awesome responsibility that is granted to us by the Great Commission of Jesus to proclaim the Gospel to every creature.
The danger here is that many Christians interpret the commission of Jesus in the singular…meaning that the individual believer is the total presence of Christ and carries the total authority of Christ. But this is a distortion of the truth. Since God, in God’s own being, is a community; we the Church are essentially a community as well…individual members, but one Body. All of the sacraments flow out of this understanding and belief. Today’s observance of the Ascension is a reminder that we are the community of faith who continues to incarnate the forgiveness of God as the Body of Christ.
- Fr. Ted Rothrock
Jesús se hizo hombre por el poder del Espíritu Santo. Este mismo Espíritu Santo, que habló a través de los Profetas, deja ahora la huella indeleble de la santidad a una “Iglesia santa, católica y apostólica. Como resultado, la Iglesia es ahora la presencia de Jesús en el mundo… la presencia real de Dios, en el Cuerpo de Cristo. en la Iglesia tenemos la misma autoridad para perdonar el pecado. Es una gran responsabilidad que nos ha otorgado la Gran Misión de Jesús de proclamar el Evangelio a toda criatura.
El peligro aquí es que muchos cristianos interpretan la misión de Jesús en singular ... lo que significa que el creyente individual es la presencia total de Cristo y lleva la autoridad total de Cristo. Pero esta es una separación de la verdad. Dado que Dios, en el propio ser de Dios, es una comunidad; nosotros, la Iglesia, y somos también esencialmente una comunidad ... miembros individuales, pero un solo Cuerpo. Todos los sacramentos surgen de esta comprensión y creencia. La observancia de la Ascensión de hoy es un recordatorio de que somos una comunidad de fe que continúa creyendo en el perdón de Dios y en el Cuerpo de Cristo.