World Day of Prayer for Vocations The challenges of this new century are not like those of the last. Catholics have become very prosperous and caught up in the contemporary values of personal peace and affluence. We have seen vocations to the priesthood and religious life decline to a mere fraction of what we took for granted in the not so distant past. The “vocation crisis” is often ascribed to the discipline of celibacy. “If only the church would see the wisdom of allowing priests to marry, then the crisis would be over.” But if this were really the case, how can one explain the plentiful vocations in the middle of the last century? Perhaps we have become too reliant on ourselves and have failed to recognize how utterly reliant we are on God.
This parish of St. Paul has a rich heritage of Catholic education that extends into the 19th century. The call for our young men to serve in the Church as priests is just as strong now as it was in my youth, but with all the distractions of the modern world, it is difficult for them to hear and answer that call. God continues to call, but we also need to answer. We need to be praying for those who are called! That they respond to the voice of God in their hearts. It is up to the pastors and parents, teachers and friends, to encourage and support the vocations in our midst. That our children are called to serve as priests or religious is a tremendous blessing given to a family and to a parish. St. Paul is ripe for just such a harvest. We need to take notice of the vocations among us, encourage them to answer the call, and support them when they do.
- Fr. Ted Rothrock
Jornada mundial de oración por las vocaciones.
Los desafíos de este nuevo siglo no son como los del pasado. Los católicos se han vuelto muy prósperos y están atrapados en los valores contemporáneos de paz y materialismo. Hemos visto cómo las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa se reducen a una mera fracción de lo que dimos por terminado en un pasado no muy lejano. La "crisis vocacional" se atribuye a menudo a la disciplina del celibato. "Si tan solo la iglesia viera la sabiduría de permitir que los sacerdotes se casen, entonces la crisis terminaría". Pero si este fuera realmente el caso, ¿cómo explicar las abundantes vocaciones de a mediados del siglo pasado? Quizás nos hemos vuelto demasiado dependientes de nosotros mismos y no hemos podido reconocer que somos totalmente dependientes de Dios.
Esta parroquia de San Pablo tiene una rica herencia de educación católica que se extiende hasta el siglo XIX. El llamado para que nuestros jóvenes sirvan en la Iglesia como sacerdotes es tan fuerte ahora como lo fue en mi juventud, pero con todas las distracciones del mundo moderno, es difícil para ellos escuchar y responder a este llamado. Dios sigue llamando, pero también debemos responder. ¡Necesitamos estar orando por aquellos que tienen el llamado! Para que respondan a la voz de Dios en sus corazones. Depende de los pastores, padres, maestros y amigos, animar y apoyar a las vocaciones entre nosotros. Que nuestros hijos sean llamados a servir como sacerdotes o religiosos es una gran bendición para una familia y una parroquia. San Pablo está abierto para tal cosecha. Necesitamos tomar nota de las vocaciones entre nosotros, animarlos a responder al llamado y apoyarlos cuando sea necesario.