WEEKLY LETTER - The Signs of the Times
To become a disciple of Jesus Christ is both an invitation and a decision. Christ invites us into an intimate communion within the Mystical Body that is his Church, but we get to decide if we should enter, and how long we might stay. Today’s gospel reminds us that the coming of the Kingdom is upon us. We are nearing the end of days. As disciples of Jesus we must be able to recognize the signs. We are living in a time that is not unlike the time of Noah. Many have abandoned their faith in the law of God to embrace a reliance upon the whims of men. We have constructed the towers of Babel and have become comfortable in the cities of Sodom. We have placed ourselves as the only viable agents of redemption in preference to the person of Jesus Christ. We have come to believe that it is only through human effort that the world is shaped to serve the needs that we have determined to be for the good of all. We are no longer the stewards of the garden, but rather the owners. We have the power; we have the control. The world is ours to shape according to the design that we have decided is best for us. It is not that we no longer believe in God; it is just that God has become existentially irrelevant. God is no longer a necessary part of our everyday human experience and any religion that professes a reliance upon God is dismissed as ignorant superstition. These are some of the signs of the times. Take a lesson from the fig tree and know that the time is near. –Fr. Ted
CARTA SEMANAL - Los signos de los tiempos
Convertirse en discípulo de Jesucristo es tanto una invitación como una decisión. Cristo nos invita a una comunión íntima dentro del Cuerpo Místico que es su Iglesia, pero nosotros decidimos si debemos entrar y cuánto tiempo debemos quedarnos. El evangelio de hoy nos recuerda que la venida del Reino está sobre nosotros. Nos acercamos al final de los días. Como discípulos de Jesús debemos saber reconocer las señales. Vivimos en una época que no es diferente a la de Noé. Muchos han abandonado su fe en la ley de Dios para abrazar una dependencia de los caprichos de los hombres. Hemos construido las torres de Babel y nos hemos vuelto cómodos en las ciudades de Sodoma. Nos hemos colocado como los únicos agentes viables de redención en preferencia a la persona de Jesucristo. Hemos llegado a creer que es solo a través del esfuerzo humano que el mundo se configura para satisfacer las necesidades que hemos determinado que sean para el bien de todos. Ya no somos los administradores del jardín, sino los propietarios. Creemos que nosotros tenemos el poder; y el control, creemos que el mundo es nuestro para moldearlo de acuerdo con el diseño que hemos decidido que es mejor para nosotros. No es que ya no creamos en Dios; es solo que Dios se ha vuelto existencialmente irrelevante. Dios ya no es una parte necesaria de nuestra experiencia humana diaria y cualquier religión que profese una confianza en Dios es descartada como superstición ignorante. Estos son algunos de los signos de los tiempos. Aprenda una lección de la higuera y sepa que el tiempo está cerca. -P. Ted