WEEKLY LETTER - Eucharistic Ministry
Today’s Feast of Corpus Christi is the designated time for the commissioning of Extraordinary Ministers of Holy Communion. Of all the liturgical ministries open to the laity, only the Eucharistic Minister is formally commissioned. This is required because of the “apostolic” nature of this particular ministry. The ordinary minister of the Eucharist is first and foremost the Bishop. He is the apostle, who is the visible sign of our connection to the One, Holy, Catholic and Apostolic Church. His apostolic ministry is extended to the clergy through the laying on of hands and the (Holy) Orders of the Church: first to order of Deacon and then to the order of Presbyter (Priest). These three orders of the clergy, “ordained” by the Church, are the “ordinary” ministers of the Eucharist. Outside of this group is the extra-ordinary minister, who must be commissioned for a specified time and designated community in order to function in sacramental ministry. The “charism” of this apostolic mission is a sharing in the sacramental responsibility of the Bishop. For this reason, the Minister of Communion must serve as an example of Christian living in faith and conduct, striving to grow in holiness through the Sacrament of unity and love.
As the Extraordinary Ministers of Holy Communion are commissioned this weekend for St. Paul Parish, we all pray that their lives will be examples of faith and commitment to the sacramental presence of Jesus Christ in the Holy Eucharist. Bringing the presence of Christ to a hungry world is more than a privilege; it is a duty we have to complete the good work that God has begun in us. We pray that God will bless our newly commissioned Eucharistic Ministers with an awesome reverence and respect for the service that is entrusted to them within the Body of Christ. -F. Ted
CARTA SEMANAL - Ministerio Eucarístico
La Fiesta de Corpus Christi el dia de hoy es el tiempo designado para la comisión de Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión. De todos los ministerios litúrgicos abiertos a los laicos, sólo el Ministro de la Eucaristía está comisionado formalmente. Esto es necesario debido a la naturaleza “apostólica” de este ministerio en particular. El ministro ordinario de la Eucaristía es ante todo el Obispo. Él es el apóstol, que es el signo visible de nuestra conexión con la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica. Su ministerio apostólico se extiende al clero mediante la imposición de manos y el Orden (Sagrado) de la Iglesia: primero al orden del Diácono y luego al orden del Presbítero (Presbítero). Estas tres órdenes del clero, “ordenados” por la Iglesia, son los ministros “ordinarios” de la Eucaristía. Fuera de este grupo está el ministro extraordinario, quien debe ser comisionado por un tiempo específico y una comunidad designada para poder funcionar en el ministerio sacramental. El “carisma” de esta misión apostólica es compartir la responsabilidad sacramental del Obispo. Por eso, el Ministro de la Comunión debe servir como ejemplo de vida cristiana en la fe y en la conducta, esforzándose por crecer en la santidad a través del Sacramento de la unidad y del amor.
Mientras los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión son comisionados este fin de semana para la Parroquia de St. Paul, todos oramos para que sus vidas sean ejemplos de fe y compromiso con la presencia sacramental de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía. Llevar la presencia de Cristo a un mundo hambriento es más que un privilegio; es un deber que tenemos, completar la buena obra que Dios ha comenzado en nosotros. Oramos para que Dios bendiga a nuestros Ministros Eucarísticos recién comisionados con una reverencia y respeto impresionantes por el servicio que se les ha confiado dentro del Cuerpo de Cristo. –P. Ted