Firstly, we need to take the Church's child protective protocols seriously. An adult should never be alone in what is not a public place with a minor child at a Church event. All parish volunteers should undergo background checks and training in child protection. Crimes against minors that take place in the context of a Church event should be reported to the police with haste. These common sense measures would have prevented much of the abuse that took place in the past. Thank you in advance for your support in taking the Church's child protection protocols seriously.
Secondly, we should approach this horrible scandal with the eyes of faith. Of the twelve apostles, one betrayed Christ, ten fled, and only one followed Jesus to the Cross. The fact that there are ministers of the Church who betray Christ should not surprise us, even if the behavior remains unacceptable. Jesus saves us. Priests and bishops give us the sacraments and teach in Christ's name, but they constitute the means not the end of our religion. God and God alone is the end of the Catholic faith. Priests provide us a bridge over which we can walk to reach Christ.
Thirdly, if you are struggling or know someone who is struggling with the scandal of child sexual abuse in the Church, please consider coming to the upcoming book study for Bishop Robert Barron's book,
A Letter to a Suffering Church. I will lead the Spanish sessions; Jordan will lead those in English. The book study will take place on January 19 and 26 at 11:15 a.m. in our parish school.
En los últimos dos años, hemos visto reabrir públicamente los horribles crímenes cometidos por algunos malos sacerdotes contra niños. Lo que es peor, hemos sufrido revelaciones adicionales de que algunos obispos no han podido proteger al rebaño de los malos sacerdotes. Peor aún, ha habido revelaciones de que algunos obispos, incluso un cardenal, no solo han encubierto el abuso, sino que también han sido abusadores sexuales de niños. Estas revelaciones deberían, con mucha razón, hacernos sentir tristes, enojados y enfermos del estómago. ¿Cómo podemos trabajar para purificar la Iglesia?
En primer lugar, debemos tomar en serio la capacitación de protección infantil de la Iglesia. Un adulto nunca debe estar solo con un niño menor, ni en un lugar publico ni en un evento de la Iglesia. Todos los voluntarios de la parroquia deben someterse a verificaciones de antecedentes y capacitación en protección infantil. Los delitos contra menores que tienen lugar en un evento de la Iglesia deben denunciarse a la policía lo más pronto posible . Estas medidas de seguridad, común habrían evitado gran parte del abuso que tuvo lugar en el pasado. Gracias de antemano por su apoyo para tomar en serio la capacitación de la protección infantil que ofrece la Iglesia.
En segundo lugar, debemos abordar este horrible escándalo con los ojos de la fe. De los doce Apostoles, uno traicionó a Cristo, diez huyeron, y solo uno siguió a Jesús hacia la Cruz. El hecho de que haya ministros de la Iglesia que traicionen a Cristo no debería sorprendernos, incluso si el comportamiento sigue siendo inaceptable. “Jesús nos salva” Los sacerdotes y los obispos nos dan los sacramentos y enseñan en el nombre de Cristo, pero los medios no constituyen el fin de nuestra religión. Dios y solo Dios es el fin de la fe católica. Los sacerdotes nos proporcionan un puente sobre el cual podemos caminar para llegar a Cristo.
En tercer lugar, si está luchando o conoce a alguien que está luchando con el escándalo del abuso sexual infantil en la Iglesia, considere venir al próximo estudio de libro para el libro del obispo Robert Barron, “Una carta a una iglesia que sufre”. Yo dirigiré las sesiones de español; Jordan los dirigirá en inglés.