With the blessing of palms and the proclamation of the Passion according to Mark next Sunday, we enter into the liturgies of Holy Week. It is the most sacred time of the Christian year. The celebration of the Lord’s resurrection, on what we now call Easter Sunday, is the first of the great feasts of the liturgical year. The apostles recalled their Lord’s resurrection on the first day of every week. But after a number of years, it must have seemed only fitting to observe an annual remembrance as well. The establishment of the date of Easter was a matter of no little debate in the early days of the Church. It was not seen as an anniversary, but a day of “re-membrance.” It was the passing over of the Lord from death to life. When the Church remembers that event we are joined to the passion, death and resurrection of Jesus through the power of the Holy Spirit. The date of this annual remembrance was tied to the celebration of the Jewish Passover – a date that was determined on a lunar calendar. After some extended wrangling in the early days of Church history, the first Sunday, after the first full moon, after the vernal (spring) equinox was agreed upon as the date of remembrance for the Lord’s resurrection. It is important for us to express that Easter is not so much a re-creation, as it is a re-presentation of creation – the old creation that is newly redeemed, restored and re-made in the image of the Paschal Mystery of Jesus Christ. The liturgies of Holy Week are a walk through the most important event of human history. From Palm Sunday to Easter we are admitted to the plan of salvation that has been initiated for us in the person of Jesus Christ the Son of God.
- Fr. Ted Rothrock
Con la bendición de las palmas y el anuncio de la Pasión según Marcos el próximo domingo, entramos en las liturgias de la Semana Santa. Es la época más sagrada del año cristiano. La celebración de la resurrección del Señor, en lo que ahora llamamos Domingo de Resurrección, es la primera de las grandes fiestas del año litúrgico. Los apóstoles recordaron la resurrección de su Señor el primer día de cada semana. Pero después de varios años, debe haber parecido apropiado observar también una conmemoración anual. El establecimiento de la fecha de la Pascua fue un tema poco debatido en los primeros días de la Iglesia. No fue visto como un aniversario, sino como un día de "re-recuerdo". Fue el paso del Señor de la muerte a la vida. Cuando la Iglesia recuerda ese evento nos unimos a la pasión, muerte y resurrección de Jesús a través del poder del Espíritu Santo. La fecha de esta conmemoración anual estaba ligada a la celebración de la Pascua judía, una fecha que se determinaba en un calendario lunar. Después de algunas discusiones prolongadas en los primeros días de la historia de la Iglesia, se acordó que el primer domingo, después de la primera luna llena y después de la primavera como la fecha para recordar la resurrección del Señor. Es importante para nosotros expresar que la Pascua no es tanto una recreación, sino una re-presentación de la creación: la vieja creación que es nuevamente redimida, restaurada y rehecha a la imagen del Misterio Pascual de Cristo Jesús Las liturgias de Semana Santa son un paseo por el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad. Desde el Domingo de Ramos hasta la Pascua, somos admitidos en el plan de salvación que se ha iniciado para nosotros en la persona de Jesucristo, el Hijo de Dios.